Incluir pescados y mariscos en nuestra dieta cotidiana puede aportar numerosos beneficios.
Al día de hoy, se recomienda encarecidamente su consumo, ya que aporta un sinfín de nutrientes esenciales que facilitan un desarrollo saludable en la vida del ser humano.
Es un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales, además, ciertas especies proporcionan una excelente fuente de ácidos grasos omega-3 (reducen los niveles de colesterol LDL, comúnmente denominado “colesterol malo”). Al ser tan completo, se recomienda que su consumo semanal sea de entre 450g y 600g.
Propiedades del pescado
Rico en ácidos grasos omega-3.
Rico en vitamina A.
Rico en vitamina D.
Rico en vitaminas B1, B2, B3 y B12.
Fuente de vitamina E (en menor proporción).
Rico en calcio.
Rico en fósforo.
Rico en sodio.
Rico en yodo.
Rico en selenio.
Rico en hierro.
Rico en potasio.
Rico en magnesio.
Es de fácil digestión.
Interviene en la mejora de las facultades mentales (concentración, memoria, aprendizaje, etc.).
En general, los pescados suelen contener menos grasa que las carnes.
Posee efectos antiinflamatorios.
La dieta pescetariana
Posee una base similar a la dieta vegetariana, ya que en ambas predominan las verduras, las legumbres, las hortalizas y los frutos secos. Sin embargo, la estructura de la dieta pescetariana difiere de esta última en cuanto a la incorporación de un consumo ocasional de pescados y mariscos.
La ventaja que suele proporcionar, es el aporte de ciertos nutrientes esenciales que las dietas estrictamente vegetarianas carecen (omega-3, vitamina B12, zinc, etc.) y es ideal para quienes necesiten disminuir el consumo de carne.
Puede llegar a ser una alternativa saludable si se planifica correcta y prudentemente: seleccionando cuidadosamente los productos a consumir y con el asesoramiento de un experto en nutrición.
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