En la compleja actualidad que transitamos, llena de tareas domésticas, responsabilidades laborales (y/o estudiantiles) e infinidad de procesos burocráticos; la procrastinación se ha vuelto una dificultad común entre las personas.
No es extraño afrontar pensamientos furtivos que nos incitan a dejar para el día siguiente lo que se puede realizar en el presente, como ordenar el escritorio, lavar la ropa, entrenar o completar un trámite pendiente.
Para evitar esto, existe una “regla”:
La regla de los 10 minutos.
Procrastinar es un hábito mental negativo. Las personas que lo padecen tienden a posponer de forma reiterada tareas que deben realizar, esto suele generar sentimientos de culpa y un estado constante de ansiedad en las mismas.
Esta regla consiste en lo siguiente: uno debe prepararse mentalmente y comenzar con la tarea a realizar durante 10 minutos. Luego de cumplir con el plazo de tiempo, se debe decidir si continúas o no con la misma.
Se supone que nueve de cada diez veces decidirás continuar con la tarea por mucho más tiempo. Cuando uno no quiere hacer algo, generalmente, es porque lo que se imagina es mucho peor de lo que realmente es.
La regla de los 10 minutos permite que nos involucremos con las tareas de inmediato, erradicando ese miedo inicial que nos inmoviliza y nos impide ser productivos.
Entonces, a la hora de enfrentar algo que no quieras hacer, intenta aplicar esta curiosa regla.
¡Hay una muy buena probabilidad de que una vez que comiences con alguna tarea, sigas hasta completarla!