Ambas opciones poseen ventajas incuestionables. Sin embargo, a la hora de elegir, nos puede llegar a invadir la pregunta: ¿Alguno es mejor que otro?
La actividad es la misma, pero el contexto y sus resultados, no lo son. Distintos factores (ambientales, físicos y psicológicos) condicionan al producto final.
Veremos a continuación en qué difieren estas dos opciones.
Beneficios de correr al aire libre:
Saliendo de nuestra zona de confort.
Optar por correr o trotar al aire libre suele implicar un entrenamiento en un terreno desigual y más desafiante, al igual que un mayor gasto energético.
Para los más rigurosos, esto puede llegar a convertirse en una molestia, ya que en ciertas ocasiones esto conlleva a ser más flexible con las rutinas: el clima varía, tus rutas usuales tal vez estén muy concurridas u obstruidas y, a determinadas horas, la inseguridad puede aumentar.
Entrenar a la intemperie pone a prueba nuestra habilidad para adaptarnos a entornos cambiantes y nos brinda la posibilidad de superarnos a nosotros mismos.
Beneficios en el sistema inmunológico.
Si forma parte de nuestra rutina cotidiana, es posible que nuestros niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) se vean disminuidos.
A su vez, los niveles de endorfina, dopamina y serotonina (3 de las 4 comúnmente denominadas “hormonas de la felicidad”) pueden aumentar considerablemente.
Todo esto, junto a la obtención de vitamina D gracias a la exposición solar, conlleva a un mejor funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.
Aire fresco y contacto con la naturaleza.
En ciertas ocasiones, el gimnasio puede generar situaciones de estrés y ansiedad: poco espacio, falta de privacidad, amontonamiento de personas, escasa ventilación, etc
Las zonas verdes brindan aire fresco y puro, que aumenta tanto la resistencia como la vitalidad.
También nos dan la posibilidad de cambiar de entorno, y así evitar un entrenamiento monótono e insulso, encontrándonos con la naturaleza, encuentro relacionado estrechamente con experiencias liberadoras y alegres.
Beneficios de correr en cinta
Diseño preciso de tus rutinas de entrenamiento.
El entrenamiento en cinta puede llegar a ser muy versátil: ajustes en la velocidad o en la inclinación de la superficie, series intensivas, o tal vez, ritmos más suaves y llevaderos.
Las cintas permiten una variada personalización al momento de ejercitar, y al ser en un lugar en específico, suele ser más fácil cumplir con los tiempos previstos.
Seguridad y confort.
Las ventajas de entrenar dentro de un gimnasio, casa o departamento son bastante claras: el clima no se convierte en una preocupación más, es más seguro (tanto por la ayuda ante posibles lesiones como por la prevención de actos delictivos) y suele ser más sencillo incorporar el entrenamiento a la rutina diaria.
Permite llevar un control detallado de tu entrenamiento.
Al aire libre ciertos factores pueden alterar los medidores de distancias y generar que los datos obtenidos no sean del todo precisos. En cambio, las cintas ofrecen un control detallado de tus avances en el entrenamiento.
Conclusión
Podríamos dirimir que ambas opciones son saludables y que poseen su propio potencial.
Los efectos beneficiosos de correr pueden verse ligeramente reducidos si no optamos por un entrenamiento al aire libre, a pesar de esto, su implementación puede ser más compleja y puede resultar difícil de mantener a largo plazo.
Si tus horarios no te favorecen o te interesa mantener un control preciso de los avances, es probable que encuentres más apropiado un gimnasio o tu propio hogar.
Pero si dispones de tiempo libre, y disfrutas del contacto con la naturaleza, es probable que correr al aire libre sea lo más adecuado a tus necesidades.
La decisión es tuya, planifica tu rutina y comienza el entrenamiento.