En época de vacaciones, muchos deportistas que hacen running se lanzan a las playas a practicar lo que ya desarrollan en la ciudad.
El mar, el clima cálido, los espacios abiertos invitan a reforzar el ejercicio físico.
Sin embargo, algunos aspectos de la arena pueden generar lesiones inesperadas.
¿Estás por irte de la playa de vacaciones? ¿En tu ciudad hay playa y quieres aprovechar el buen clima para hacer running allí?
Aquí hay algunas ideas que podrían servirte.
El calzado y las superficies
Lo primero que el runner desea -al llegar a la playa- es librarse del calzado deportivo y entrar en pleno contacto con la naturaleza.
Esta tendencia tan entendible puede ser negativa.
Los expertos recomiendan es ir adaptándose de a poco a la nueva superficie.
De lo contrario, las caderas, los tobillos, las pantorrillas y, desde luego, los pies podrían verse comprometidos.
Lo ideal es dejar las zapatillas en forma progresiva.
Otra tentación es ir directamente a hacer running en la arena.
Lo más indicado es ir poco a poco: por ejemplo, comenzar en la rambla o en alguna superficie con césped y luego pasar a la arena.
De nuevo: el secreto es una transición gradual para que el aparato locomotor se vaya adaptando a la nueva realidad.
Respetar los tiempos
Las vacaciones generan una irreal sensación de tiempo ilimitado. Y, en consecuencia, las ganas de duplicar o triplicar el tiempo dedicado al ejercicio físico.
El runner equilibrado mantendrá la rutina que poseía antes de las vacaciones y podrá ir incrementando -poco a poco- la duración de cada sesión.
Aclaración:
Todos los conceptos incluidos en este artículo tienen solo carácter divulgativo y no pueden ser considerados como recomendaciones personales.
Antes de poner en práctica lo que aquí se indica, es siempre imprescindible la visita a un profesional.
Fuentes de las imágenes:
http://tuititrekkingmendoza.com/consejos-para-correr-en-la-playa/
www.infobae.com/salud/fitness/2018/01/03/running-calendario-de-carreras-de-verano/
www.youtube.com/watch?v=BCnKxz7G_t4